jueves, 24 de octubre de 2013

SIERRA NEVADA. CERRO DE LOS MACHOS, CRESTONES Y OTROS

Ruta realizada el 12 de Septiembre de 2013.

Ruta en solitario a Sierra Nevada.

Continuo con mi proyecto “cabezón” de pisar todos o la gran mayoría de los tres miles de esta sierra.

En esta ocasión me dirijo desde Sevilla, a una hora muy temprana, a Prado Llano, Sierra Nevada. 

Concretamente a los aparcamientos de la Hoya de la Mora.

Con la mochila a la espalda y las botas de montaña en los pies inicio mi ruta partiendo a las 9h de la mañana.

Tomé el sendero que iba directamente hacia el Veleta e iba cortando, a la carretera que sube hacia allí, en las diferentes curvas que hace para suavizar la pendiente.


Pasé junto al refugio militar “Capitán Cobo” y, enseguida me encontré con el arco de piedra que sostiene a la Virgen de las Nieves.


Comencé a tomar altura y, al mirar hacia atrás, ya se observaba cierta altitud sobre el aparcamiento y los pocos vehículos que allí se encontraban. Lateralmente se veían las instalaciones de Borreguiles con esa balsa artificial completamente llena de agua.

También se divisaba perfectamente la Estación Radioastronómica en lo alto del cerro donde se ubica.



Aunque se trataba de una subida constante y de un buen desnivel, prácticamente la realicé de un tirón, salvo por el tiempo invertido en lanzar algunas fotos.

Ya en la base del Veleta, que en esta ocasión no pretendía subirlo, me asomé hacia  el corral del Veleta con intención de identificar los veredones, tanto superior como inferior, pero la verdad es que no los vi nada claro. Las vistas desde aquí son extraordinarias, amplias y magníficas.

Sí me sirvió para identificar perfectamente picos en los que, hasta ahora, no me había fijado. Entre otros, el Puntal del Canuto del Veleta, el Zacatín, Campanario y terminar con el Salón. Todos ellos tres miles que me gustaría pisar.


Tras esta pausa de observación e investigación proseguí con mi caminata ya por la carretera, al principio en ascenso suave y luego llaneando, desviándome a mi derecha por un marcado carril de tierra hasta alcanzar el collado de la Carihuela.


Antes de llegar a este punto, ya tuve fantásticas vistas de una cordal que pronto me gustaría realizar, la que contiene a los Tajos de la Virgen, Fraile de Capileira, Tajos de los Neveros, Elorrieta y que termina en el Caballo.

En el mismo collado tuve la suerte de coincidir con dos trabajadores de la Junta, muy amables que, además de darme crema de protección solar, que se me olvidó llevármela, estuvieron un buen rato explicándome accesos a diferentes picos.

Y LO MÄS IMPORTANTE ¡! Rafael, guía y guarda de esta sierra me comentó que era necesario pedir PERMISO para realizar los itinerarios que me proponía realizar, solicitándolos en las oficinas del Parque Nacional de Sierra Nevada, principalmente si los itinerarios no son los más usuales como podrían ser los del Veleta y Mulhacén.

También compartí un buen tiempo con su otro compañero (creo recordar que me dijo que se llamaba Mario), otra encantadora persona que estaba encargado del tema floral de la sierra.

Con ellos compartí, durante un buen trayecto, ricas conversaciones y, desde aquí, les agradezco su amabilidad y compañerismo. Pasamos juntos por el paso de los Guías y me indicaron el mejor sitio, que yo no conocía, para subir al Cerro de los Machos y también para intentar atacar a los demás picos cercanos al Veleta, de los que también me dieron buena información.



Cuando me desvié para subir a mi primer tres mil de la jornada me despedí de ellos y, de nuevo solo en la sierra, ataqué una subida corta, aunque en varios tramos intensa, hasta alcanzar el collado que dividía el Cerro de los Machos del pico Salón.



Ya solo restaba alcanzar el esbelto hito de piedras, en un suave ascenso, del que procedían dos montañeros con los que me crucé. Ellos luego, se dirigieron al Salón, aunque creo que no llegaron y, a continuación, bajaron hacia el corral del Veleta, perdiéndolos de vista.


Me autorretraté en mi primer pico conseguido, el Cerro de los Machos de 3.327m de altitud. Un balcón impresionante e inigualable.



Las vistas del pico Salón, Campanario y demás, eran de primer orden con todo lujo de detalles. El valle del río Guarnón, de impresión!!! Y, si caminabas algo más por la cordal hasta llegar al extremo donde se dejaba caer claramente, se veían los impresionantes tajos del Corral del Veleta.


Desviando ligeramente la vista hacia la derecha, el corral de Valdeinfiernos impactante y, por supuesto, todos esos grandes picos de la zona.

Lástima que, en ese momento, no caí en que el pico Veta Grande era el extremo de la cordal procedente del Cerro de los Machos y no indagué su posible bajada o lo factible de su acercamiento porque no lo tenía como objetivo para este día.

A continuación me enfilé hacia el Salón que, casi sin esfuerzo, conseguí.

Mi segundo tres mil, el pico Salón de 3.323m de altitud.



Mi pretensión era la de coronar el Campanario a continuación. Estaba relativamente cerca y se podía llegar fácilmente a él pero se intuía el uso de las manos y trepadas para coronarlo y, en su parte alta, desde mi punto de observación, aparecían rocas con bastante pendiente e inclinación, lo que me hizo recapacitar y dejarlo para otra ocasión en que, al menos, fuese acompañado, ya que mi principal objetivo del día era la de los Crestones.

Bajé del pico Salón hasta conectar con el sendero de subida a los Machos y descendí por el mismo sendero hasta llegar al camino principal. Una vez en él, anduve hasta llegar a la altura del 1er Diente de los Crestones. 

Llevaba hasta fotografías de los mismos para no tener errores ni confusión. Se trataba de crestas que se alzaban sobre el camino que llevaba.


La principal dificultad que ofrecían era la de no poseer sendero alguno para coronarlos y, pendientes acusadas y firme de tierra y piedras muy sueltas. En cuanto a la altitud parcial de partida no era demasiada.

El primero fue el más duro y exigente por el firme y la pendiente. Desde arriba era observado por una cabra montesa que parecía no entender muy bien, lo que yo estaba haciendo.


Una vez arriba, en lo más alto, las fotos de rigor. 1er Diente de los Crestones conseguido, 3.156m de altitud. Tercer tres mil conseguido. Las paredes de los Machos desde aquí imponían en cuanto a la verticalidad y lo abrupto.




Como pude, fui bajando intentando hacerlo por el mismo sitio que subí hasta conseguir llegar de nuevo al carril.

Caminé un corto trayecto, pasé el collado del Lobo e inicié la subida al siguiente Diente de los Crestones, el más bajito. Pronto lo coroné. 2º Diente de los Crestones pisado, 3.136m de altitud. Cuarto tres mil al bote.


Del 2º al 3º pasé directamente por la cordal que los une. 3er Diente de los Crestones de 3.152m de altitud conseguido. Quinto tres mil.



Para buscar el 4º, tuve que bajar de nuevo y, desde el carril, ir a por él.

4º Diente de los Crestones con 3.147m de altitud en el bolsillo. Desde todos los Crestones las vistas sobre el Corral del Valdeinfiernos era espectacular pero desde este 4º, y hacia el sentido contrario, marcaba la divisoria física entre los Hoyos del Veleta y la cuenca del río Seco con sus bonitas lagunas al pie de otros dos objetivos que dejaré para más adelante, Los Raspones de río Seco Norte y Sur, dos moles pétreas de no fácil acceso, al menos desde donde yo observaba.





Por esos momentos se estaban formando nubes de evolución de tonalidades bastante grises aunque, al final de la jornada, tuve la suerte de que en ningún momento llovió. Sí se formaban nieblas, que pasaban de un lado a otro, y cada vez más espesas, tanto que, al culminar el 7º Diente de los Crestones decidí volver, porque si no, al menos el cerro Boto y Loma Pelada también hubieran caído. Pero en estas latitudes, manda la climatología!! Seguridad ante  todo. La montaña siempre va a estar ahí!!!

Bajé de este 4º Diente siguiendo su cordal hasta llegar al carril que, en este punto, realiza un cambio de dirección en bajada, una vez superada el hueco en el camino denominado "Puerta".

Un corto trayecto por el carril y ya me vi subiendo hacia el 5º que queda bastante oculto entre el anterior y el siguiente. 5º Diente de los Crestones de 3.108m de altitud, coronado.



Por fin, me tocó ir a por el 6º Diente de los Crestones, el que, según tengo entendido, tiene la titularidad como Cretones de Río Seco. Fue el único que sí tenía un tenue senderillo de subida, con hitos en su inicio, aunque te hacía recorrer la cordal completa hasta llegar a su parte superior pasando por varias zonas de riscos y grandes bloques de piedras incomodas de superar, cuando era posible conquistarlo, casi desde su base inmediata, mucho más cómodamente. Pero nada, reto conseguido, pico de 3.121m de altitud anotado.




Sólo quedaba el último para hacer la serie completa, ya entre niebla espesa pero que se movía muchísimo de una divisoria a otra, y prácticamente me lo pasé porque no lo veía en condiciones. Además su ladera, al principio de grandes bloques pétreos difíciles de trepar y luego con bastante pendiente de tierra y piedras sueltas, me hizo seguir algo más hasta localizar una entrada más cómoda. Encontrada esta entrada, el 7º Diente de los Crestones pasó a mi lista con sus 3.118m de altitud. Desde este promontorio no vi nada salvo ese color gris uniforme de la niebla.


Intenté bajar directamente pero la pendiente y las grandes losas me hicieron buscar una mejor opción. Una vez en el carril, decidí volver al collado de la Carihuela en lugar de seguir hacia otros picos así que, en esta ocasión, no abandoné en ningún momento el carril hasta el encuentro.






Tuve que salirme del carril próximo al refugio de la Carihuela y coger un pequeño rodeo porque el nevero lo taponaba por completo e impedía el paso. Subí hacia el refugio y, tras su visita, coroné mi último tres mil del día, el Puntal de Loma Púa con sus 3.226m de altitud con otras nuevas y formidables vistas, aunque intermitentes por culpa de la niebla reinante.








Descendido el pico, y sobre el collado para no regresar sobre mis pasos, decidí bajar hacia la laguna de las Yeguas por un marcado sendero que se dirigía hacia esa zona de una forma clara y rotunda.




Me paré un buen rato entre las lagunillas de la Virgen, un lugar precioso, con  aguas cristalinas, que parecían un espejo donde se reflejaban las montañas que la rodeaban, aun conservando sendos neveros. Por supuesto fotos a toda pastilla.







Bajé hacia las Yeguas. Impresionantes esos reflejos sobre el agua!!! Supongo que sería la luz del momento.



Al salir de la laguna, me di cuenta de que el track sobre el que me apoyaba tiraba hacia arriba buscando la pista o carretera de subida al Veleta y no me atreví a seguir hacia adelante en claro descenso. Tenía clarísimo que sería lo más lógico pero tenía mis inquietudes en cuanto a encontrarme cercados, de los que limitan las pistas de esquí, que me impidieran un paso cómodo.

Así que, después de toda la paliza que me había metido, no me quedó otra que subir un desnivel de unos 100m para conectar con la pista pero, al llegar al contacto con la cañada Real de Padul al Veleta, observé a lo lejos un carril que se unía a la pista sin ningún obstáculo apreciable a la vista así que, sin perder demasiada cota, atravesé varias pistas de esquí transversalmente. Incluso las vallas de separación disponían de huecos abiertos para permitir el paso.



La incertidumbre se terminó al contactar con el asfalto que ya, menos mal, era “to” cuesta abajo y prácticamente por el mismo camino de ida de por la mañana.





Una vez en el coche, tras cambio de calzado y camisetas, me senté en la parte trasera y me tomé el resto de frutas además del bocata que no llegué a probar. Mucho líquido y vuelta a casa. Unas horas hasta Sevilla.


DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:




 Si quieres el track de la ruta, pincha sobre el siguiente enlace: