Ruta realizada el día 10 de
Octubre del 2015.
Fuimos Mª José y yo, Antonio, a
descubrir parte de esta sierra granadina, tan desconocida y al mismo tiempo con
muchas ganas de conocerla, ya que desde el coche y dirección hacia Almería,
lugar de veraneo durante varios años, siempre me había llamado poderosísima la
atención.
Procedentes de Deifontes, pueblo
granadino donde se hace un curioso vino tinto, con sabor dulzón, fuimos hacia
la localidad de Cogollos de la Vega, pero antes de llegar a la población, nos desviamos
hacia la izquierda, trazando un ángulo de 180º para tirar por un carril
denominado "Camino de las Acequias" que nos llevaría hasta el cortijo
de los Asperones.
Aquí dejo el track desde
Deifontes al punto donde dejamos el vehículo.
Pasamos por la zona de los
Pajarillos, para a continuación, pasar por el Sur del Cerro de la Hoz y llegar
a la zona de las Acequias, justamente debajo, o mejor dicho, al Sur del cerro
de Majada de la Torre. En un rellano entre olivos dejamos aparcado el vehículo.
Todo ese trayecto motorizado, era
entre campos de cultivo, la mayoría olivos y siempre al Sur de la fantástica y
enorme ladera de Sierra Arana, custodiado por el pico Gordo, por la zona que
comento.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, iniciamos esta ruta caminando un corto trayecto por el
propio carril, llegando a una cadena que cortaba el carril, para coger un desvío hacia el Sur, dirección
aproximada hacia el cortijo de los Hoyos, donde ya dimos con un marcado y claro
sendero, que comenzó a ascender por la ladera Norte de la Sierra de Cogollos y
con sentido inverso al que trajimos en coche.
Nos subió a la misma divisoria,
al collado de San Agustín, donde se tenían unas vistas extraordinarias. Hacia
el Oeste, el peñón a realizar, un tetón rocoso de paredes verticales, a priori,
difíciles de acceder y en sentido
inverso, toda la larga dorsal que pretendíamos caminar, con las subidas a las
diferentes elevaciones que encontraríamos por el camino.
Tomamos por el sendero que pasaba
por la zona de la Umbría del Peñón de la Mata, es decir, por la ladera Norte,
lo fuimos envolviendo a una cota inferior, hasta que alcanzamos su lado Oeste.
Allí nos asomamos a un mirador natural, que era como un saliente alargado,
procedente de la propia estribación o cordal del Peñón.
Vistas extraordinarias sobre la
vega de Granada.
A continuación, lo seguimos
envolviendo, ahora, por el Sur, hasta que tomamos un pasillo claro de subida,
situado al Sureste, alcanzamos su collado, al Este de la cumbre, entre grandes
bloques de variadas formas y luego, con dirección Oeste, ya enfilamos
directamente hacia la elevación, por un senderillo entre caliza, cuyo comienzo
no era muy visible, aunque el resto era claro.
Antes de coronarlo, vimos como
unos restos de una edificación, como una casetilla, supongo, vestigios de la
guerra civil y a continuación encumbramos.
La parte superior, poseía una
pequeña superficie horizontal y se podía caminar cómodamente por ella, incluso
había como unas especies de banquitos de piedra.
Además, este Peñón formaba como
dos cumbres, la segunda algo más afilada que la primera. Mientras Mª José
descansaba y se comía unas frutas, yo me acerqué a inspeccionarla, viendo
varios belenes y grafitis en las rocas.
Tras el relax en la cumbre,
emprendimos la bajada por el mismo recorrido, hasta alcanzar el collado Este y
en lugar de regresar por el mismo trazado de subida, parecido a una espiral,
bajamos por una canal muy inclinada y de tierra suelta, además de arbustos
pinchosos por el camino, tipo espino albar, dirección Noreste, dejando a
nuestra derecha, la cordal Este del Peñón, formada por grandes bloques
verticales pétreos.
Superado ese paso, nos dirigimos
hacia el Collado de San Agustín de nuevo, por la cordal del Peñón, pero ya
bastante atenuada.
Comenzamos a enfilar por la
divisoria de cumbres, la sierra de Cogollos y con lo primero que nos
encontramos fue con unas trincheras de la Guerra Civil.
Pasadas éstas, dimos con un claro
sendero que se internaba entre un despejado pinar y siguiendo aproximadamente
la divisoria o línea de cumbres. Mirando hacia atrás, dejábamos un Peñón de la
Mata de difícil acceso y hacia delante, teníamos al de Jorobado, con esa
característica forma, como siguiente objetivo y más alejado, al fondo, el
Majalijar.
Entre Sierra de Arana, al Norte y
la Sierra de Cogollos, por la que caminábamos, al Sur, se formaba un amplio
valle por donde discurría el río Blanco y también la acequia de Moroz, además
de campos de olivos. Valle al que nos pudimos asomar en varias ocasiones
durante nuestro itinerario por la divisoria de esa cordal.
La cordal disponía de algunos
peñones rocosos dispuestos aleatoriamente sobre ella, en uno o dos, nos
asomamos para contemplar ese magnífico valle.
Próximos al Peñón del Jorobado,
la cordal sufría un descenso, para luego retomar de nuevo, la pendiente hacia
la elevación de forma progresiva. Por esa zona existía una posibilidad de
bajada hacia el valle, que nosotros ignoramos, continuando con la dirección que
llevábamos.
Seguimos sin senda, acercándonos
al Jorobado y nos llevó a su base. Desde aquí, las vistas sobre la cordal
recorrida, con el Peñón de la Mata, al fondo, y de todo el amplio valle, eran
simplemente, espectaculares.
Iniciamos el ascenso al citado
Peñón, llegando a realizar una pequeña y fácil trepada, principalmente por
querer ascender por la vía más directa, ya que si hubiese subido al collado que
se vislumbraba en frente, hubiera sido algo más cómodo, aunque ninguna de las
dos opciones, planteaban grandes dificultades, salvo la de caminar por terreno
calizo.
Tras tomar las numerosas
fotografías en la cumbre y gozar de sus fantásticas vistas, reemprendimos la
ruta. Ahora variamos el rumbo que traíamos de Noreste, a Sureste, casi
describiendo un ángulo recto, para proseguir por la divisoria de pendientes.
Pasamos una deteriorada valla, con
muchos vanos tumbados en el suelo, realmente caminábamos hacia la Cuerda de la
Gallega, de nuevo, por una sutil cordal, que separaba los valles del río
Blanco, del río Bermejo, situado al Sur.
Alcanzamos la citada Cuerda, por
su parte más Occidental, recuperando la dirección Noreste de nuevo, tal y como la
llevábamos antes de coronar el Jorobado.
Recorrimos toda la Cuerda de la
Gallega, por la divisoria de cumbres, teniendo como objetivo final, la
ascensión al Peñón de Majalijar, que ya teníamos en nuestro punto de vista, al
fondo de la misma.
Este recorrido, era algo
complejo, normalmente, paralelos a un vallado, a veces en pié, otras, tumbado y
siempre por terreno calizo difícil, con depresiones y pasos complejos, donde
tenías que ir buscando los mejores pasos, para seguir progresando.
Una vez salvado estos escollos,
la Cuerda, nos depositó en un terreno algo más cómodo, menos calizo, nos
quedaba la ascensión hacia el Majalijar, su parte más Oriental.
Dirigiéndonos hacia la cumbre,
dejamos de lado, a nuestra izquierda, un peñón rocoso previo, que tenía muy
buena pinta y que no tuve otro remedio que subirlo. Peñón vertiginoso, que tras
bordearlo y subirlo de Norte a Sur, me dejó un fantástico sabor de boca, tanto
por su subida, como por las vistas que desde él se obtenían.
Se trataba del paraíso de las
cabras montesas, como tuve el privilegio de comprobar.
Pero nuestro objetivo principal,
aún no había sido conquistado, así, que bajé rápido y nos dirigimos hacia el
Majalijar, al que llegamos enseguida.
Pisado con todos los respetos, su
poste geodésico, nos dedicamos a ver las espléndidas vistas sobre Sierra Nevada
y sus Alrededores, como el Trevenque, además de reponer la energía perdida,
mediante un buen bocata y frutas.
Llegó el momento de continuar,
bajando la ladera de esta cumbre dirección Norte, alineado con el Alto de las
Buitreras, buscando la conexión con el carril que nos llevaría al cortijo del
Moralejo. Por supuesto, campo a través y por un terreno donde se debe estar
acostumbrado a caminar, porque si no, puede ser algo complicado.
Alcanzamos el carril y lo que ya
nos parecía, coser y cantar, terminando de cerrar la circular, se nos quedó con
un sabor agridulce, me explico, el resto del trayecto que nos quedaba hasta el
vehículo, era por carril ancho y claro, igual algún corto tramo de sendero,
pero sin pérdida.
Pero resultó que íbamos por una
Finca Privada, cosa que desconocíamos, el ganado vacuno, aunque no era bravo,
tampoco era manso, una vaca se nos reviró a nuestro paso y no nos hizo ni pizca
de gracia, dispuestos a correr, por si acaso.
Caminábamos con esa
intranquilidad que te provocan esos hechos, pero lo que colmó el vaso, fue que
yendo por el carril, nos encontramos de frente a un hombre montado en un bello
caballo, bien ataviado, resultó que era el encargado de la finca.
El hombre, siempre con buenas
formas, nos preguntó de dónde veníamos, nos informó que era una finca privada y
tras darle conversación de forma educada y pedirle autorización para dejarnos
terminar con nuestro trayecto, accedió, aunque nos quiso acompañar, porque
según él, no se fiaba de un toro que andaba por la zona que más adelante,
tendríamos que pasar.
Resultó que el animal andaba
cerca del cortijo, por el que pasamos cerca y a continuación, nos indicó que
siguiéramos por el carril y lo esperáramos a que llegase para abrirnos la
cancela que cerraba el camino. Le hicimos caso, nos plantamos en la cancela
cerrada con candados y esperamos a que el hombre, ya en todo terreno, nos
abriese la cancela.
Tras ello, el hombre se marchó en
su coche, después de habernos invitado a subirnos y llevarnos a nuestro coche,
pero nosotros preferimos caminar el
resto del camino.
Durante un buen tiempo, estuve
algo contrariado durante el resto del día, una enorme, bella, preciosa y dura
ruta, que vimos en cierto sentido, truncada por el hecho de caminar por una
porción de terreno prohibido.
El resto del camino, ya libre de
propiedades de terratenientes, fuimos caminando y gozando de las diversas
formas de las piedras que nos rodeaban y vistas del lugar. Pasamos junto al
aparente, abandonado cortijo de los Asperones y en poco tiempo, dimos con
nuestro coche, aparcado junto a este camino.
DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:
Si quieres el track de la ruta, pinchga en el siguiente enlace:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-por-la-sierra-de-cogollos-del-penon-de-la-mata-y-jorobado-al-majalijar-24539803
NOTA:
Con este
blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago,
normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo.
Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de
realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en
cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las
explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de
este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni
la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los
tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro
agrado y os sirva la información.
Gracias por vuestra visita.
POR LO QUE VEO EN LA FOTO SON UNAS VACAS GRISES, NOS OCURRIÓ LO MISMO EN AQUELLA ZONA, BAJANDO DESDE EL MAJALIJAR ÍBAMOS PARA SUBIR AL ALTO DE LAS BUITRERAS Y EN EL COLLADO HABIAN UNOS 8 O 9 VACAS DE ESTA ESPECIE, SE PUSIERON EN PLAN DESAFIANTE NADA MAS VERNOS Y TUVIMOS QUE ECHAR CASI A CORRER Y DAR UN GRAN RODEO, A MI PARTICULARMENTE DESDE ESE DÍA CUANDO VEO UNA VACA LA RODEO.
ResponderEliminarENHORABUENA POR EL BLOG