Ruta realizada el día 13
(Domingo) de Mayo de 2.012.
Fuimos Mª José y yo, Antonio, de
escapada de fin de semana, al pueblo de la Calahorra, donde nos hospedamos.
Llegamos por la tarde del sábado,
nos levantamos temprano el domingo, nos pegamos la paliza y de vuelta para
Sevilla. La montaña es dura pero, quién algo quiere….
Esta ruta es anterior a la
creación de mi blog, pero la introduzco para que forme parte del capítulo de
techos provinciales, de momento andaluces; luego, quién sabe…
Nos desplazamos en coche, desde
La Calahorra, por la autonómica A-337 y, a la altura del kilómetro 25, alcanzamos
el Puerto de la Ragua donde dejamos el vehículo.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, iniciamos nuestro proyecto de conquista del pico más
alto de la provincia de Almería. Me podría haber entrado antes esta fiebre
senderista ya que, durante varios años, hemos pasado por aquí buscando el Cabo
de Gata donde habitualmente veraneábamos.
Lo primero que nos encontramos fue
El Refugio del Puerto, que estaba cerrado.
Tomamos por un carril que lo
bordeaba y, en subida, nos llevó, casi perpendicularmente a la carretera, hacia
el Morroncillo de Fuente Fría. Seguíamos el itinerario de la Cañada del
Castillejo.
Se trataba de un pequeño caos de
rocas. Tras pisarlo y verlo, continuamos siempre en ascensión y siguiendo, aproximadamente,
la misma Cañada que realizaba un giro de unos 90º respecto a la dirección que
traíamos.
Dejando atrás al Morroncillo y
con dirección hacia el Chullo, caminábamos por camino o carril de tierra pero
flanqueado, a nuestra izquierda y junto
a él, por un extenso pinar y, mucho más retirado de nosotros, a nuestra derecha,
por otra masa arbórea parecida. Entre ella y nosotros, aparecía una vasta
llanura de plantas de porte bajo adaptadas a la climatología fría del lugar.
De repente, el pinar se acabó y
nos vimos caminando por un terreno sin árboles, con matas bajas típicas de alta
cota y lascas de piedras de tipo pizarra. Estábamos junto al Morrón de las Tres
Lindes.
Ya teníamos vistas sobre nuestro
objetivo y también hacia nuestra derecha, el Oeste, las vistas de los tres
miles de Sierra Nevada que aún conservaban algo de nieve.
Desde este punto, de cota 2.219 m
de altitud, y prácticamente en línea recta, no pararíamos de subir hasta alcanzar
nuestro pico de 2.612 m de altitud siguiendo, en esta ocasión, la Cañada Real.
Antes de llegar, nos encontramos
con un refugio realizado completamente en piedras de pizarras del terreno y con
una estructura de madera en su interior. Se encontraba a unos 2.515m de altitud
y su puerta de entrada estaba rota y volcada hacia su interior, donde
encontramos una pala que se utilizaría para sacar la nieve que entrase.
Ya sólo nos restó el último
esfuerzo de subida para alcanzar el inmenso poste geodésico que tiene el pico
del Chullo en su cumbre.
Desde allí las vistas de Sierra
Nevada eran magníficas, con los Morrones del Mediodía, Sanjuanero y el Alto de
San Juan, en los primeros planos.
Hacia el lado contrario,
destacaba a lo lejos el cerro del Almirez, segunda cota en altitud de la
provincia de Almería.
Tras otear en todos los sentidos,
continuamos con nuestra ruta. Por la mismísima cordal, fuimos descendiendo
paulatinamente hasta alcanzar el Morrón del Chullo o de Bayarcal, otro cúmulo
de guijarros que sobresalía levemente de esa cordal.
Al continuar por la misma cordal,
ya con la Laguna Seca al fondo, abajo y alineada con nosotros, nos encontramos
con un nevero donde nos divertimos un rato.
Era un día caluroso y a medida
que ibas bajando se notaba cada vez más el calor. El caso es que, una vez junto
a la Laguna, por decir algo, le comenté a Mª José la idea de proseguir
dirección hacia el cerro del Almirez, a lo que me contestó que tururú, que me
esperaba a la sombra de los pinos.
Así que, por aprovechar la oportunidad
de conocer esta zona tan alejada de nuestra localidad, caminé un rato hasta los
Peñones del Mediodía, donde me di la vuelta, principalmente, por no dejar tanto
tiempo sola a Mª José.
En mi recorrido en solitario, me
encontré con un vallado que protegía una pequeña estación para obtener datos sobre
la climatología del lugar. Más tarde me topé con varios apilamientos de rocas,
parecidos a grandes hitos, hasta alcanzar los Peñones.
De todas formas, el Almirez,
quedaba aún muy retirado, por lo que tuve que aguantarme y guardarlo para
futuros proyectos. De regreso a la Laguna Seca y tras el encuentro con Mª José,
iniciamos el regreso por otro camino de vuelta para conseguir realizar una
circular.
Dejamos la Laguna a nuestra
derecha para explorar unos riscos curiosos situados en el Prado del Espino,
donde nos encontramos con un curioso roedor que, más que temernos, nos
husmeaba, supongo que pensando en alguna pieza para comer.
Tomamos un marcado sendero de
vuelta que, al principio, coincidía con el Cordel de los Verederos. Se trataba
de un sendero a media ladera del pico del Chullo.
Atravesamos varios barrancos
entre los que destacaba el Barranco del Diablo y, posteriormente, el de Dólar.
Pasamos próximos a la fuente de
las Águilas y observamos, a lo lejos y abajo, una especie de refugio, situad
junto al Cordel del Pulpitillo, al que se podía acceder por un carril de
tierra.
Nos encontramos, caminando por
esas extensas laderas, una zona que destacaba por su verdor y por lo mullido
del terreno, ya que formaban las dos orillas de una pequeña barranquera por la
que discurría un pequeño aporte de agua, transparente y fresca, al paso por la
Rambla del Castañar.
Cuando llevamos varios kilómetros
caminando por las faldas de esas largas laderas, pedregosas y secas, siguiendo
el marcadísimo sendero, contactamos con el que hicimos por la mañana,
prácticamente, a la altura del Morrón de las Tres Lindes.
Ya sólo nos quedó seguir bajando,
por el tramo de inicio de la ruta, hasta alcanzar el vehículo.
Nos hidratamos algo. Cambio de
calzado y alguna ropa y, del tirón, para Sevilla, no sin antes fotografiar el
precioso castillo de la Calahorra, situado a 1.256 m de altitud en lo alto del
pequeño cerro existente junto al mismo pueblo.
DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:
Muy guapa, nosotros iremos solo hasta la cumbre, aunque no descarto pasar por esa laguna. Ya veremos
ResponderEliminarUn saludo