martes, 4 de octubre de 2016

Circular de subida al pico Bermejo desde el cortijo de Vichira. Subbética cordobesa

Ruta realizada el día 24 de Enero del 2015

Fuimos Paxti y yo, Antonio. Juan José, en esta ocasión, no nos pudo acompañar aunque lo estaba deseando en el alma, por cuestiones de fuerza mayor.

Preparé una ruta circular con ayuda de varios tracks de la zona. Me atraía la posibilidad de coronar el Bermejo, por esos barrancos vertiginosos y pendientes, además de tener la opción de encontrarnos con nieve.

Por la autovía de Málaga, a la altura de Estepa, nos desviamos hacia Herrera, Puente Genil, Lucena y Cabra. Antes de llegar a esta última localidad, nos dirigimos hacia Carcabuey, que  atravesamos con dirección a Rute por la CO-220 y, en el Km 11 aproximadamente, tomamos un corto carril de tierra, aparcando junto a los restos del cortijo de Vichira.

Se trataba de una serie de viviendas en las que destacaba un caserío de dos plantas, con cubiertas a dos aguas, cuya estructura estaba formada por troncos colocados en forma de viguetas que soportaban un mallazo de cañas que, a su vez, sostenían las tejas exteriores. Se observaba entre los huecos y rotos de sus paredes que dejaban ver su interior. Por los alrededores existían otras construcciones auxiliares. Avanzamos algo y nos encontramos con una fuente con un gran abrevadero. Casi pequeña alberca, diría yo!!!






Tomamos dirección Este, hacia el acusado barranco donde nace el arroyo de las Labores y, por el camino, encontramos corrales realizados en piedra con curiosos departamentos.


Logramos encontrar un sendero que nos llevó a la abrupta boca del barranco. Rocas calizas y pulidas por ser parte del lecho del barranco que, en algunos tramos, mantenía algo de humedad, aunque no agua.


De entrada, nos recibió, con un caos de rocas, delimitado por dos grandes y cortados paredones. Casi no nos dio tiempo de calentar cuando el terreno se tornó en severa pendiente, que casi no dejamos, hasta llegar a coronar el espolón donde se asentaban las ruinas del Jardín del Moro, una zona amurallada con un conservado aljibe. Supongo que un buen lugar de vigilancia.






Subimos por el acusado y caótico barranco buscando los mejores pasos y con la ayuda de un desdibujado sendero. Una vez que salimos de esa inmensa “V”, el sendero era más claro de seguir y tuvimos las primeras vistas de la sierra de la Horconera nevada, donde se encuentra la Tiñosa, máxima cota de Córdoba.






Subimos en fuerte pendiente, atravesando, en ocasiones, pedreras. En algunos momentos perdíamos el sendero para recuperarlo luego. La severidad del terreno no te permitía fallos. Piedras de caprichosas formas y cortas laderas de piedras lisas. Tras el duro esfuerzo, conseguimos llegar al extremo rocoso, situado al Sur, donde nos recibió una estropeada muralla con un amplio vano abierto y un hueco algo más abajo.







En su interior recogía un bonito aljibe de bóveda semicircular, de medio punto. Todo el contorno de este estratégico lugar era cortado a pico a muchísimos metros de altura. Era un lugar sobrecogedor.




Teníamos la visión del cortijo de Vichira a vista de pájaro, así como toda la Tiñosa y, por supuesto, parte del trazado que nos quedaba por realizar. Tanto la cara Oeste como la Este eran escarpadas y arriscadas.






Continuamos con el itinerario, dejamos atrás la zona del Jardín del Moro y proseguimos por la cordal hasta alcanzar el punto más elevado de ella, subiendo unos 140m en unos 500m de desarrollo horizontal. Estaba claro que esa ruta era exigente. Nos encontrábamos piedras con formas extrañas, pretiles rocosos que limitaban paredes verticales, pendientes laterales enormes y plataformas aéreas. Se trataba de un entorno muy montañero y que quisimos aprovechar.










Coronamos la última elevación de esta cordal, de 1251m de altitud y, entonces fue cuando vimos, en realidad, el objetivo de nuestra ruta; el pico Bermejo frente a nosotros, en la lejanía, formando un circo que nos separaba de él. Precisamente, por el barranco que formaba el pequeño circo pretendíamos regresar haciendo la circular.




Para acceder al Bermejo, sólo nos quedó seguir el marcado sendero que, más o menos, nos iba llevando por la línea de coronación de ese circo, describiendo una media luna.

Bajamos de la elevación y alcanzamos la loma de unión al circo, lugar amplio y precioso. A partir de aquí, en constante subida y pasando entre formaciones pétreas de las más curiosas, fuimos ascendiendo y descubriendo las primeras manchas de nieve que, al principio, lo que producían era embarrar el sendero haciéndolo muy resbaladizo pero que, a medida que íbamos tomando altura, embellecía el paisaje.










Coronamos el pico, alcanzamos su poste geodésico y escudriñamos toda esa plataforma que forma la elevación. La nieve resaltaba la belleza del lugar. Gozamos como enanos y nos fotografiamos con todos los fondos posibles.















Pero hubo que regresar y lo hicimos por la misma senda de ida, hasta alcanzar la ancha loma. Nos desviamos por el barranco del que nace el arroyo de las Cañas, el que creaba el citado circo, por la ladera Sur y en constante bajada.



Llevaba un único track que bajaba por esa zona. En una zona tan escarpada no las tenía todas conmigo. Al principio, por sendero difuso con pendientes laterales muy acusadas, luego por sendero intuitivo, para terminar sobre una cresta rocosa y arriscada que caía vertiginosamente sobre las laderas más bajas. Allí nos llevó el track, con pasos inverosímiles y peligrosos. No entiendo por qué quien publica un track, al menos, no añade algunas observaciones, aunque sean básicas, para saber a qué atenerse.




Allí nos vimos algo arriscados, dubitativos y explorando como locos la posible continuación, sin saber que nos esperaba a continuación del siguiente paso. Cortamos por lo sano y decidimos bajar a la vaguada o cauce, donde percibíamos desde las alturas un sendero que, al final, resultó de cabras.

Por un canchal o pedrera bajamos, con sumo cuidado, hasta llegar a su fondo. Seguimos la senda, dirección Noroeste, hasta que vimos factible girar bruscamente, dirección Suroeste, cuando estuvimos seguros de haber sobrepasado toda la cordal pétrea que caía de la estribación donde, momentos antes, estuvimos liados buscando algún paso.






El track que muestro en esta entrada, así como el que publico en Wikiloc, va “arreglado”, eliminando todos esos trazados donde estuvimos buscando el posible paso.

Encontramos un marcado sendero que nos llevó, por la ladera Oeste, por terreno cómodo de caminar. Recuerdo llevar, durante un trayecto, algún vallado lateral que, en ningún momento, nos produjo molestia alguna.









Terminamos contactando con el camino de inicio de la ida y, de allí, hasta el cortijo y el coche que nos esperaba.






 DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:




Si quieres el track del itinerario, pincha sobre el siguiente enlace:

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