Ruta realizada el día 24 de Enero
del 2015
Fuimos Paxti y yo, Antonio. Juan
José, en esta ocasión, no nos pudo acompañar aunque lo estaba deseando en el
alma, por cuestiones de fuerza mayor.
Preparé una ruta circular con
ayuda de varios tracks de la zona. Me atraía la posibilidad de coronar el
Bermejo, por esos barrancos vertiginosos y pendientes, además de tener la
opción de encontrarnos con nieve.
Por la autovía de Málaga, a la
altura de Estepa, nos desviamos hacia Herrera, Puente Genil, Lucena y Cabra. Antes
de llegar a esta última localidad, nos dirigimos hacia Carcabuey, que atravesamos con dirección a Rute por la CO-220
y, en el Km 11 aproximadamente, tomamos un corto carril de tierra, aparcando
junto a los restos del cortijo de Vichira.
Se trataba de una serie de
viviendas en las que destacaba un caserío de dos plantas, con cubiertas a dos
aguas, cuya estructura estaba formada por troncos colocados en forma de
viguetas que soportaban un mallazo de cañas que, a su vez, sostenían las tejas
exteriores. Se observaba entre los huecos y rotos de sus paredes que dejaban
ver su interior. Por los alrededores existían otras construcciones auxiliares.
Avanzamos algo y nos encontramos con una fuente con un gran abrevadero. Casi pequeña
alberca, diría yo!!!
Tomamos dirección Este, hacia el
acusado barranco donde nace el arroyo de las Labores y, por el camino,
encontramos corrales realizados en piedra con curiosos departamentos.
Logramos encontrar un sendero que
nos llevó a la abrupta boca del barranco. Rocas calizas y pulidas por ser parte
del lecho del barranco que, en algunos tramos, mantenía algo de humedad, aunque
no agua.
De entrada, nos recibió, con un
caos de rocas, delimitado por dos grandes y cortados paredones. Casi no nos dio
tiempo de calentar cuando el terreno se tornó en severa pendiente, que casi no
dejamos, hasta llegar a coronar el espolón donde se asentaban las ruinas del
Jardín del Moro, una zona amurallada con un conservado aljibe. Supongo que un
buen lugar de vigilancia.
Subimos por el acusado y caótico
barranco buscando los mejores pasos y con la ayuda de un desdibujado sendero. Una
vez que salimos de esa inmensa “V”, el sendero era más claro de seguir y tuvimos
las primeras vistas de la sierra de la Horconera nevada, donde se encuentra la
Tiñosa, máxima cota de Córdoba.
Subimos en fuerte pendiente,
atravesando, en ocasiones, pedreras. En algunos momentos perdíamos el sendero
para recuperarlo luego. La severidad del terreno no te permitía fallos. Piedras
de caprichosas formas y cortas laderas de piedras lisas. Tras el duro esfuerzo,
conseguimos llegar al extremo rocoso, situado al Sur, donde nos recibió una
estropeada muralla con un amplio vano abierto y un hueco algo más abajo.
En su interior recogía un bonito
aljibe de bóveda semicircular, de medio punto. Todo el contorno de este
estratégico lugar era cortado a pico a muchísimos metros de altura. Era un
lugar sobrecogedor.
Teníamos la visión del cortijo de
Vichira a vista de pájaro, así como toda la Tiñosa y, por supuesto, parte del
trazado que nos quedaba por realizar. Tanto la cara Oeste como la Este eran
escarpadas y arriscadas.
Continuamos con el itinerario,
dejamos atrás la zona del Jardín del Moro y proseguimos por la cordal hasta
alcanzar el punto más elevado de ella, subiendo unos 140m en unos 500m de
desarrollo horizontal. Estaba claro que esa ruta era exigente. Nos
encontrábamos piedras con formas extrañas, pretiles rocosos que limitaban
paredes verticales, pendientes laterales enormes y plataformas aéreas. Se
trataba de un entorno muy montañero y que quisimos aprovechar.
Coronamos la última elevación de
esta cordal, de 1251m de altitud y, entonces fue cuando vimos, en realidad, el
objetivo de nuestra ruta; el pico Bermejo frente a nosotros, en la lejanía,
formando un circo que nos separaba de él. Precisamente, por el barranco que
formaba el pequeño circo pretendíamos regresar haciendo la circular.
Para acceder al Bermejo, sólo nos
quedó seguir el marcado sendero que, más o menos, nos iba llevando por la línea
de coronación de ese circo, describiendo una media luna.
Bajamos de la elevación y
alcanzamos la loma de unión al circo, lugar amplio y precioso. A partir de aquí,
en constante subida y pasando entre formaciones pétreas de las más curiosas,
fuimos ascendiendo y descubriendo las primeras manchas de nieve que, al
principio, lo que producían era embarrar el sendero haciéndolo muy resbaladizo
pero que, a medida que íbamos tomando altura, embellecía el paisaje.
Coronamos el pico, alcanzamos su
poste geodésico y escudriñamos toda esa plataforma que forma la elevación. La
nieve resaltaba la belleza del lugar. Gozamos como enanos y nos fotografiamos
con todos los fondos posibles.
Pero hubo que regresar y lo
hicimos por la misma senda de ida, hasta alcanzar la ancha loma. Nos desviamos
por el barranco del que nace el arroyo de las Cañas, el que creaba el citado
circo, por la ladera Sur y en constante bajada.
Llevaba un único track que bajaba
por esa zona. En una zona tan escarpada no las tenía todas conmigo. Al
principio, por sendero difuso con pendientes laterales muy acusadas, luego por
sendero intuitivo, para terminar sobre una cresta rocosa y arriscada que caía
vertiginosamente sobre las laderas más bajas. Allí nos llevó el track, con
pasos inverosímiles y peligrosos. No entiendo por qué quien publica un track,
al menos, no añade algunas observaciones, aunque sean básicas, para saber a qué
atenerse.
Allí nos vimos algo arriscados,
dubitativos y explorando como locos la posible continuación, sin saber que nos
esperaba a continuación del siguiente paso. Cortamos por lo sano y decidimos
bajar a la vaguada o cauce, donde percibíamos desde las alturas un sendero que,
al final, resultó de cabras.
Por un canchal o pedrera bajamos,
con sumo cuidado, hasta llegar a su fondo. Seguimos la senda, dirección Noroeste,
hasta que vimos factible girar bruscamente, dirección Suroeste, cuando
estuvimos seguros de haber sobrepasado toda la cordal pétrea que caía de la
estribación donde, momentos antes, estuvimos liados buscando algún paso.
El track que muestro en esta entrada,
así como el que publico en Wikiloc, va “arreglado”, eliminando todos esos
trazados donde estuvimos buscando el posible paso.
Encontramos un marcado sendero
que nos llevó, por la ladera Oeste, por terreno cómodo de caminar. Recuerdo
llevar, durante un trayecto, algún vallado lateral que, en ningún momento, nos
produjo molestia alguna.
Terminamos contactando con el
camino de inicio de la ida y, de allí, hasta el cortijo y el coche que nos
esperaba.
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