Ruta realizada el día 7 de Marzo
del 2015.
Fuimos Concha, Mª José, Miguel,
Patxi, Juan José y yo, Antonio, a realizar un recorrido por la sierra de
Grazalema, del que yo conocía parte del mismo, pero, tanto la entrada como toda
la cordal del Morrocano, iban a ser nuevas para mí.
Procedentes de Sevilla, por la
carretera de Utrera y dirección Ronda, a la altura del Puerto de Montejaque,
nos desviamos hacia Grazalema. Llegamos al cruce donde a la izquierda sería
hacia Villaluenga del Rosario y, a la derecha, por donde cogimos, hacia
Grazalema, aparcando los coches junto a la carretera, aprovechando los pocos
ensanches que hay en ella, antes de llegar a la población, entre el punto
kilométrico 52 a 51.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, nos ponemos en marcha desde la misma carretera,
justamente donde el carril de tierra, proveniente de la casa de Peñaloja,
contacta con la carretera. Realizamos un tramo de carretera en sentido inverso
al que llegamos en coche y salimos de ella por una marcada curva a 90º, donde
varios coches tenían el ensanchamiento ocupado, por ello tuvimos que aparcar
algo más retirado de lo que pensamos.
Ya por sendero y dirección Sur,
fuimos bordeando por el Este la falda de Cancho de la Bejeruela. En lo alto
del collado, pasamos una portilla, luego, variamos ligeramente el rumbo, sentido
Suroeste y continuamos bordeando el macizo, para superar un vallado lateral
mediante un saltavallas, un paso en forma de escalera para superar el vallado.
Por un sendero relativamente bien
marcado y claro, caminamos por el interior de un pinar, subiendo en diagonal la
ladera por pendiente muy suave, aproximadamente durante un kilómetro y medio en los que salvamos un desnivel de unos 100m.
Tuvimos que pasar una nueva
portilla que dio paso a una zona despejada de árboles, donde reinaban plantas
similares al esparto. Este trazado diagonal, terminó en una zona donde la
caliza fue comenzando a tomar protagonismo, además de la pendiente que se
tornó más severa.
Subimos por la única vaguada
evidente que formaban los tajos de Covezuela, terreno salpicado de rocas
calizas aisladas que, a medida que ibas subiendo se hacían más compactas hasta
que toda la parte superior fue por caliza 100%.
Nos acercamos a su extremo más
Sur, un mirador espectacular, donde los buitres volaban por debajo de nosotros.
Toda esa cara Sur de esos tajos era casi cortada a pico. Recuerdo subir por
esta zona hace algunos años, en los comienzos de esta última etapa senderista
tan machacona que estoy viviendo.
Toda la sierra del Caillo la
veíamos longitudinalmente, incluido sus poljes, los Navazos.
Continuamos hacia el refugio de
Charca Verde, cresteando un poco y pisando continuamente caliza con sus saltos,
fisuras y desniveles característicos de ella.
Todo este tramo fue por roca a través,
de una a otra buscando los mejores pasos, terminamos bajando directamente por
la ladera rocosa hacia el refugio. Allí nos encontramos con una persona
solitaria que le gustaba quedarse a pasar la noche por el propio gusto de
hacerlo, él nos informó que concretamente este día se estaba celebrando la
carrera de los 100Km, una verdadera burrada que no consigo comprender su
finalidad.
Terminamos caminando por el
clásico sendero que nos llevaría hacia Villaluenga del Rosario, vimos por ese
tramo varias banderolas que señalizaban el recorrido de los corredores cuando, en un determinado punto nos salimos y lo abandonamos para, campo a través,
buscar la cordal del Morrocano, para mí, la principal novedad del recorrido de
hoy.
Pasamos un terreno algo caótico
hasta que conectamos con el principio de la cordal pétrea. Un subida muy
disfrutona y entretenida, con vistas inmejorables. Alcanzamos la cumbre del
Morrocano, o como lo tienen bautizado mis compañeros de fatiga, los Falsos
Llanos. desde el que se divisa toda la sierra del Endrinal con sus dos picos
emblemáticos, el Reloj y el Simancón, además de todas las sierras del
alrededor.
No se trata de un pico con
demasiada altitud, tiene 1.453m, pero una ubicación magnífica. Desde allí,
contemplamos muchísimos corredores que veíamos a vista de pájaro.
Tras el descanso y recuperación
de energías perdidas, continuamos con el itinerario bajando el resto de
cordal pétrea, que realizamos con mucho cuidado y precaución.
Alcanzado el valle o suelo firme,
formado entre el macizo del Endrinal y las laderas del Morrocano y avanzando
algo entre arbustos y zonas complejas, dimos con el marcado sendero que, proveniente de la Cuesta de Fardela, nos uniría con la Charca Verde, al pie del
Reloj.
Sólo nos quedó seguirlo y
conectamos con la citada Charca. Continuamos por sendero claro bordeando al
Reloj, primero por el Sur, para seguir describiendo una curva envolviendo
también parte de su cara Este, siempre por el sendero que nos llevaría a
Grazalema, a la altura de su camping.
Cuando comenzábamos a dejar
atrás la cumbre del Reloj, abandonamos el claro sendero tomando dirección
Noreste, campo a través, para ir cerrando la circular, hacia el Cancho de la
Bejeruela. Antes de llegar a su cumbre, cambiamos de dirección, para tomar
Sureste, aprovechando la vaguada que formaba éste, bajando entre el pinar de
nuevo, en decidida pendiente y buscando los mejores pasos. A ello se unió
que la luz solar nos fue abandonando, teniendo que caminar durante varios
kilómetros con una tenue luz, por no decir con ausencia de ella.
Una vez alcanzado el
saltavallas que usamos a la ida, repetimos carril de ida y estaba bastante
claro y detallado.
Cambio de calzado y flechados a
Montellano, a reponer sales minerales y demás componentes energéticos
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