Ruta realizada el día 27 de Abril
del 2.014.
Fuimos Mª José y yo, Antonio.
El principal motivo de esta ruta
fue inspeccionar la zona para un proyecto al que vengo dándole vueltas desde
hace ya algún tiempo, una circular pasando por toda la cordal del Capilla y
pasando a la zona del Salto de la Zorra y sus alrededores.
Cierto es que, a Mª José, no le
gustó nada este recorrido (demasiado carril, y con bastante pendiente, además
de una bajada campo a través por la ladera rocosa) aunque, a mí, salvando lo
del carril, no me pareció lo mismo: Se trataba de un entorno calizo muy
atractivo y desconocido por la zona y que, si hubiéramos abierto algo más el
trazado, con vistas a los embalses, incluso habría mejorado. Pero se trataba de
una incursión de exploración.
Desde Sevilla, por la autovía de
Málaga, nos desviamos a Antequera donde, dirección al Torcal, tomamos el desvío
hacia el Valle de Abdalajís. Antes de llegar nos desviamos por una carretera
que salía a nuestra derecha, según el sentido de marcha, que nos llevaría al
embalse del Guadalhorce. Tomando ya un carril de tierra que se abría, en esta
ocasión, a nuestra izquierda como si fuésemos al Cortijo del Chopo, lo
continuamos, pasamos el Cortijo de las Presillas y, donde conecta con otro
carril que nos entraba por la derecha, dejamos el vehículo.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, nos dispusimos a caminar por el carril o camino de
tierra, no sin antes observar el entorno, con sumo detenimiento, para ver
posibles alternativas.
Continuamos el carril en el mismo
sentido que llevábamos con el coche. Se trataba del Camino del Cortijo del
Madroño.
Ligeramente antes de la conexión
con el carril procedente del cortijo de Campano y el de la Rejenada (el camino
que pasa entre la Huma y el macizo de la Capilla, que ya divisábamos), nos
salimos a nuestra derecha para comenzar la subida por la ladera del Salto de la
Zorra. Unos 600m antes de alcanzar el Puerto Pizarro.
Al principio, por senderos de
cabras difusos para, más adelante, continuar por sendero marcado, fuimos ganando
altura rápidamente hasta que lo tuvimos que abandonar para ir ganando altura
hacia nuestra izquierda ya que, el sendero, tomó dirección Norte para,
supongo, conectar con la Vereda de
Sierra Llana que bajaba de nuevo a la posición aproximada de nuestro coche por
la vaguada, formada por el macizo que estábamos subiendo, con la sierra Llana
situada más al Norte de nuestra posición.
Las vistas del Capilla junto a
nosotros eran espectaculares, así como todo el entorno por el que caminábamos.
Caos de piedras calizas, pequeñas torres calizas y un mar de hierbas verdes que
hacía de nexo de unión. Le daban un toque de color azul los embalses que se
empezaban a ver o, más bien, se dejaban descubrir a esa altitud.
Cerca de la cumbre principal, el
aspecto era de un pequeño torcalito algo deformado, aunque, en algunas zonas,
se conservaban los estratos horizontales, que, a veces, utilizamos para pasar
como si de terrazas se tratasen.
Al mirar hacia atrás, el macizo
del Capilla junto con el carril que lo separaba de la Huma, destacaban en
primer plano sobre todo lo demás y, algo más al fondo, se podía contemplar la
cordal que formaba los Tajos del Cuervo, situado al Sur del Capilla.
El macizo de la Huma, sin
embargo, permanecía a nuestro lado majestuoso y señorial.
Continuamos hasta alcanzar la
máxima cota, los 1.031m de altitud de su cumbre (supongo que con el nombre del
Salto de la Zorra, o al menos, así lo bauticé yo).
Hice “el cabra” por la zona, me
subí a varios monolitos con vistas alucinantes, picamos algo y decidimos
regresar. Me gustaría haber completado algo más la zona, incluso haber pasado a
la zona del Hornillo y el Tajo de los Cabritos por la Sierra Llana, pero no vi
a Mª José con demasiadas ganas e intuí que, una retirada a tiempo, era la mejor
opción.
Durante un corto trayecto, fuimos
por el mismo camino de ida pero, cuando nos dimos cuenta, nos vimos bajando la
ladera por otra zona diferente a la de subida. Lo pudimos haber rectificado en
su momento, hubiera sido lo mejor, pero decidimos seguir campo a través
bajando, y fue lo peor, ya que ese es el terreno en el que peor se desenvuelve
ella y …. con quién lo va a pagar si no es con el guía de la aventura!!!
Aguanté el chaparrón como pude. La
verdad es que no se trataba, para nada, de un firme cómodo; todo lo contrario,
muchas losas inclinadas lisas, faltas de apoyo y matorral incómodo, pero chico…
la aventura es la aventura, no??
Tras sufrir bastante y tras
largas esperas, por fin conectamos con el sendero por el que iniciamos la subida
a la ida. Ya sólo nos quedó regresar al vehículo por el carril.
Menos mal que Montellano, con su
bar Rural, lo arregla todo.
Aunque, como comenté al
principio, se trataba de un sendero de exploración, mi principal propósito fue
ver y escudriñar la zona, y espero, a principios de otoño, poder montar el gran
recorrido con mis compañeros de fatiga, porque …. por esta zona, juro que no
meto más a Mª José, je, je…
DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:
Acceso al inicio de la ruta, por los diferentes caminos:
Si quieres el track de la ruta, pincha en el siguiente enlace:
Acceso en vehículo al inicio de la ruta:
Itinerario:
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