Ruta realizada el día 3 de
Octubre del 2015.
Fuimos Patxi, Juan José y yo,
Antonio, a realizar una circular amplísima, en una zona que hacía tiempo que
estuvimos.
Llevábamos un proyecto inicial
muy ambicioso, ampliando trazados que no habíamos estado en esa sierra y
algunos de ellos con carácter exploratorio.
Por la autovía de Málaga y
procedentes de Fuente de Piedra, nos desviamos hacia Villanueva del Rosario.
Justo antes de entrar a las primeras viviendas de la localidad y antes que la
carretera cruzara mediante un puente el arroyo de la Canaleja, nosotros nos
desviamos hacia la derecha.
Este camino, al principio
asfaltado, transcurre paralelamente a las casas periféricas del pueblo y más
adelante se transforma en carril de tierra "Vereda del Camino de Riogordo".
Lo seguimos unos kilómetros y aparcamos en el Llano del Hondonero, entre el
Peñón de los Becerros y el Tajo de la Madera.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, iniciamos este largo itinerario, con ciertas dudas de
conseguir cerrar la circular pretendida.
Caminamos con dirección Suroeste,
por claro camino, entre las paredes al Norte, del Tajo de la Madera y la zona
del Nacimiento y al Sur, por los paredones de la propia Sierra del Camarolos.
Al principio por carril de tierra
y suave pendiente, para posteriormente ir tomando altura de forma más drástica,
cuando nos encontrábamos justo al Sur del Tajo de la Madera. Superada esta
mayor pendiente, pasamos una cadena que cerraba el camino, algo después se
transformaba en senda definida.
Continuamos por un amplio terreno
herboso y encausado por paredes laterales, que nos llevó a una portilla. De
ésta, a la siguiente, situada en lo alto del collado que teníamos delante,
íbamos limitados por unos riscos de piedras aislados bajo la zona de los
Nacimientos, al Norte y por una ladera de terreno mixto, rocas e hierbas, al
Sur. Tras superar la portilla, inmediatamente abandonamos la senda principal,
para dirigirnos directamente a la cumbre.
Subíamos ladeando la falda,
ascendiendo progresivamente, hasta que alcanzamos la tenue cordal caliza de la
Cruz del Camarolos, que pronto conquistamos.
Hacía mucho viento y no era
agradable permanecer quietos allí, pero las vistas hacia todas partes eran
espectaculares. Longitudinalmente, hacia el Este, teníamos toda la cordal del
Chamizo, hacia el lado contrario la Peña Negra y hacia el Sur el siguiente
objetivo, El Realengo, entre otros.
Continuamos por la cordal caliza,
un corto trayecto. Caliza 100%, con todas las fisuras y grietas que eso
conlleva. Vimos unas cabras montesas corriendo despavoridas por nuestra
presencia y localizamos un pequeño pasillo inclinado para bajar de la cordal,
siempre dirección Sur.
Aunque de vez en cuando pisábamos
algo de hierba y zona de cardos, lo cierto, es que anduvimos campo a través,
mayoritariamente por caliza, buscando los mejores pasos, subiendo y bajando,
hasta que nos fuimos acercando a la cumbre del Realengo.
Próximos a su cumbre nos
encontramos con un vallado que tuvimos que sortear, además de un pluviómetro
bastante oxidado y supongo, abandonado.
Se trata de un pico muy
atractivo, con vistas preciosas y con unos cortados hacia el Sur, imponentes.
Desde allí, tomando unas frutas y bebidas, estuvimos discutiendo y programando
una posible ruta futura que uniese Peña Negra, que veíamos al lado, con el
propio pico de la Cruz del Camarolos, intentando hacer toda la cordal
existente. ! Ya veremos, que sale !
El regreso lo hicimos con la
misma dirección que a la ida, ahora hacia el Norte, y algo más al Este de como
lo hicimos para llegar a este pico, ya que nuestra pretensión no era regresar
por la ida hacia el Realengo, sino buscar unas paredes calizas situadas al Sur
de la Cruz del Camarolos, subirlas e ir tirando dirección Este, buscando el
Puerto de los Perdigones y de esta manera, ir creando la circular.
Resultó que ascender ese plano
vertical calizo, por supuesto campo a través, y después de decidirlo tras estar
estudiando esa opción desde el pico, supuso una decisión la mar de entretenida
y acertada, ya que disfrutamos enormemente buscando los diferentes pasos entre
las rocas y con los tajos al lado izquierdo constantemente.
Al final, terminamos en lo alto
de la cordal o cresta caliza, y cómo no? Pues un ratito de entretenida cordal,
también.
Terminamos bajándonos de ella, primero,
porque se complicaba bastante, segundo, porque se desviaba algo, de la
dirección hacia dónde íbamos, así que, entre el resto de cordal al Sur y la
alineación rocosa de la Cruz del Camarolos al Norte, continuamos caminando, de
nuevo, flanqueados por barreras pétreas, hasta que alcanzamos y superamos el
incipiente río Guadalmedina, mejor dicho, su cauce seco.
En ese momento, la cresta rocosa
situada al Sur, se acabó, dejamos atrás su extremo más oriental, pasamos un
vallado por un saltadero colocado para la ocasión.
Al Sur, se nos abrió un amplio
terreno con la Sierra Prieta, algo alejada a nosotros y entramos en una zona
algo más arbolada, principalmente arbustos y plantas.
Al momento, tuvimos que superar
un nuevo vallado y por un terreno casi llano, exento de vegetación y piedras,
dimos con un carril, proveniente del Sur, que cogimos un corto trayecto hasta
que nos llevó a una portilla que pasamos.
De nuevo, comenzamos un
itinerario mixto entre hierbas y rocas, siguiendo un sendero difuso, que nos iba
llevando por la parte alta, aunque algo más bajo, de la divisoria de esta
Sierra ( la teórica arista con formaciones pétreas singulares, que dividía
ambas vertientes, entre las que se encontraba el Cerro Pelado)
A la altura de la zona de El
Torcal, al Sur justamente de los Llanos del Hondonero, donde dejamos el coche,
pasamos una ladera inclinada colmatada de rocas, como un canchal, que me llamó
la atención por formarse en esa ladera inclinada concretamente, sin poseer
grandes paredes que la alimentasen.
Luego, nos quedó el tramo más feo
e infernal de todo el recorrido, una zona caótica, sin sendero, donde lo único
que tenías claro era la dirección hacia dónde ir, ya que divisábamos
perfectamente la mole del Chamizo, pero suponía unos pasos entre rocas, grietas
y mucha vegetación entre los bloques de piedras, que hacían que tuvieses que ir
de una a otra, manteniendo equilibrios precarios y pasos complicados. Pasado
este infierno, el terreno se suavizó y otra vez por marcado sendero, nos
condujo al Puerto de los Perdigones.
Nos encontrábamos al pie o base
de la crestería del Chamizo, un mundo diferente de lo caminado hasta ahora,
dejamos la clara senda, tomamos dirección Norte, entre rocas.
Para ir haciendo piernas, fuimos
ascendiendo campo a través, hasta colocarnos en el principio de la propia
cresta, en su parte más occidental.
Varias cabras montesas, nos
observaban desde sus atalayas rocosas, nosotros comenzamos a ascender por la
cordal, por un sendero algo difuso, pero claro y lógico a seguir, a veces con
algunos hitos. Comenzamos a tener amplias vistas hacia las dos vertientes, era
un tramo muy montañero.
Dimos con una preciosa ventana
hacia la zona de Alfarnate, Sureste y tras diferentes pasos entretenidos y
algunos algo expuestos, accedimos al vértice geodésico del Chamizo. Nunca me
cansaré de hacer este pico, es una gozada y muy montañera, esta sierra del Jobo.
Tras hartarnos de contemplar las
profundas vistas que desde esta elevación se obtenían, continuamos por la
cordal, siguiendo la dirección que llevábamos. Bajamos toda la cordal pétrea
que formaba la elevación principal del Chamizo, una especie de pirámide rocosa
como cumbre y nos depositó en una zona relativamente llana, en cuya periferia
había dos o tres hitos de piedras, bastante grandes.
Nuestro propósito era intentar
seguir bajando por la cordal y luego tirar al Norte, para ir describiendo la
circular.
Comenzamos ese descenso entre
caliza, buscando los mejores pasos, intuyendo el mejor itinerario y así fuimos
bajando de cota, por esa divisoria pétrea.
Avanzábamos con rapidez, desde
luego hay que estar habituados a este tipo de terrenos, pero a medida que
descendíamos, las verticales a nuestra izquierda cada vez eran mayores y más
impactantes. Llegamos hasta la zona de La Torca, y al no ver nada clara su
continuidad, ni por donde deberíamos tirar, para ir realizando la circular,
además de que la hora que teníamos, no era la más adecuada para andar por este
tipo de terrenos, tomamos una decisión acertada en ese momento, tirar hacia
atrás y desandar lo realizado.
Tras una dura subida de retorno,
alcanzamos la plataforma flanqueada por los enormes hitos de nuevo y en lugar
de proseguir por la cordal hasta el Chamizo, nos desviamos hacia la derecha en
descenso, buscando un sendero difuso, poco hitado, que mediante sucesivos
zigzags nos llevó a la canal inclinada situada al Norte de la Sierra del Jobo.
Una canal recorrida por un
vallado longitudinal a la misma, que en lugar de entorpecer, ayudaba, ya que te
servía para apoyarte y sujetarte sobre él, pues la inclinación y el terreno
totalmente suelto, era una auténtica pista de patinaje. Había que tener las
rodillas en perfecto estado, para acometer esta terrible bajada.
En la parte baja de este
descenso, la pendiente se suavizó, pasamos junto al enorme derrumbe del
Chamizo, enormes y numerosos bloques de piedras de diferentes formas y tamaños,
acumulados en una amplia extensión de terreno.
Sólo nos quedó contactar con el
carril, casi a la altura del mirador del Hondonero, donde había un grupo de
escaladores, preparándose para pasar la noche en el lugar.
Caminando por el ancho carril, ya
relajados del lote impresionante de ruta que nos habíamos pegado, poco a poco
nos fue cogiendo la noche, llegando a nuestro vehículo con oscuridad total,
como de costumbre.
DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:
NOTA:
Con este
blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago,
normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo.
Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de
realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en
cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las
explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de
este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni
la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los
tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro
agrado y os sirva la información.
Gracias por vuestra visita.
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